1952 Discurso por cadena nacional, a las 20,30 hs del 18 de febrero 1952
1949 - Primeras dificultades y respuesta del peronismo - PARTE I
“Los hombres y los pueblos que no sepan discernir la relación del bienestar con el esfuerzo, no ganan el derecho a la felicidad que reclaman”
Juan Domingo Perón
Plan de Emergencia
Discurso por cadena nacional, a las 20,30 hs del 18-2-1952
Hemos dado cuenta a través de nuestro estudio de una verdadera explosión en la economía argentina a partir de 1946. Tanto en la redistribución de los ingresos a favor de los trabajadores; de la ocupación casi inmediata de centenares de miles de ellos desocupados; como en la toma de los resortes financieros de la nación; de la nacionalización de las grandes empresas públicas y la subsiguiente inversión hacia adentro de nuestras fronteras de las “remesas financieras anuales que ocasionaban estos servicios explotados por compañías extranjeras“ (1); de la puesta en marcha de la pequeña y mediana industria argentina (paso previo a la pesada); de un vastísimo plan de obras públicas; de la elevación de la rentabilidad de los productores agropecuarios y de la protección de sus campos.
Todo este cuadro fue acompañado en los primeros años por una sabia orientación de la macro economía en dirección a la Europa de post guerra, ávida de alimentos.
El nivel de vida de los argentinos subió drásticamente a niveles jamás conocidos y que además se colocaba entre los mejores del mundo, no solo por los ingresos que las grandes mayorías percibían, sino que, culturalmente se generó un ambiente de alegría y tranquilidad en el diario vivir, y fueron los primeros años felices del pueblo argentino, desconocidos hasta entonces.
Como era de esperar, ningún camino es recto y las primeras dificultades, tanto en lo interno como en lo externo (siempre vinculadas políticamente entre sí) comenzaron a aparecer.
El extraordinario esfuerzo que se realizaba durante el primer gobierno de Perón en lo que se refiere a la inversión en bienes de capital, obras públicas e infraestructura y política social, estaba sostenido tanto por generación de recursos propios como por la aplicación de las reservas financieras de la nación aplicadas precisamente a esa política. Recordemos, una vez más, que para el peronismo el paradigma de la relación entre reservas de divisas y el valor de la moneda era exactamente el opuesto al del liberalismo, cuando este, desde Brettón Woods en adelante, impuso mundo la dependencia con el dólar para un supuesto valor de la moneda. Para Perón: "El peso no vale -como ninguna otra moneda- por el oro (o dólares) que se adquiere con él, sino por la cantidad de bienestar que pueden comprar con él los hombres que trabajan..., en el sistema capitalista, la moneda es un fin y no un medio; y a su valor absoluto todo se subordina, incluso los hombres".(2)
Como sabemos, la conducción de este proceso que tuvo lugar en el trienio 1946 a 1949, estuvo a cargo de Miguel Miranda, que más que economista era un empresario, sagaz y muy valiente. Era lo que hacía falta para poner en marcha al país de los argentinos.
Hacia 1949 factores externos e internos pusieron en blanco sobre negro la necesidad de dar un giro importantísimo a esta política.
En lo externo, Estados Unidos comenzó a aplicar un plan denominado oficialmente European Recovery Program o más conocido como Plan Marshall por el nombre del Secretario de Estado de los Estados Unidos, George Marshall, general del ejército de su país y como correspondía según los intereses del nuevo imperio, el administrador de los subsidios en el continente a dominar.
Un plan de asistencia a los países de Europa que acababan de terminar la 2ª Guerra Mundial y que se hallaban destruidos. El esquema era muy simple: el gobierno yanqui compraba la producción fundamentalmente agrícola a sus propios productores y la colocaba virtualmente regalada en Europa, excepto España. También era simple el canje que Estados Unidos proponía (más bien imponía), alimentos a cambio de la colonización. Su nuevo papel de amo del mundo a expensas de Inglaterra y como vencedor en la guerra, le permitía controlar la política en Europa solo a cambio de alimentos y otros rubros (Ver gráficos siguientes), pero fundamentalmente granos y carnes. Todo coordinado por un organismo del gobierno estadounidense, la Administración para la Cooperación Económica - E.C.A. que se negó expresamente a incorporar a su cartera de clientes a la Argentina.
La Argentina participó solamente con el 3% de las compras que Estados Unidos efectuaba en América Latina con destino a Europa a través del Plan Marshall. Una expresa y concreta represalia del nuevo amo del mundo a un país que se declaraba independiente y soberano.
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De hecho las producciones agrícolas de terceros países como el nuestro, que estaban siendo colocadas en aquel continente aprovechando la necesidad de alimentos en la post guerra, quedaban en total desventaja frente a la política de los Estados Unidos. Los precios se derrumbaron y esa fuente de ingresos privilegiada que tenía la Argentina quedó virtualmente clausurada. Por esa razón hubo que buscar nuevos compradores y las operaciones se redireccionaron hacia América Latina y la Unión Soviética.
En lo interno a su vez, dos factores confluyeron con la dificultad que oponía el Plan Marshall y estos fueron en primer lugar la falta de producción necesaria para abastecer el altísimo grado de consumo que se había producido en nuestro país a partir de 1946. Ciertamente que la industria argentina que acompaño todo este proceso, impulsada por el crédito barato que el gobierno puso en sus manos y la direccionalidad política con que el mismo orientó su desarrollo, fue insuficiente para cubrir aquel nivel de consumo.
Si este había sido extraordinario, configurando una verdadera economía de abundancia, el empresariado que debía cubrirlo tampoco estuvo a la altura de las circunstancias, porque claramente faltó la reinversión para adecuarse a la nueva demanda. Cuando la falta de divisas amenazó con ser crítica, se resintió la compra de insumos y bienes de capital en el extranjero, con lo cual la producción bajó y al no acompañar la demanda, los productos empezaron a escasear con lo que se elevaron los precios y eso impulsó la inflación.
En segundo lugar una importante sequía había afectado al agro en la campaña 1949-1950 con la consiguiente disminución del ingreso de divisas. Pero esa sequía resultó no ser demasiado grave (aún siéndolo) en comparación con la de la campaña 1951-1952, que fue sencillamente devastadora. Para muchos, la peor de la historia agropecuaria argentina hasta ese entonces teniendo en cuenta las de 1915-1917 y 1936-1938. A tal punto fue grave, que la cosecha de granos disminuyó un 50%.
Dos terribles fotografías de la sequía 1951-1952. Animal muerto de sed y campo de la Pampa Húmeda más parecido a un desierto que a la tierra más fértil del mundo, la argentina.
Estos factores, combinados, hicieron caer el P.B.I. per cápita que había crecido en los primeros tres años nada menos que un 28% y que comenzó a retroceder al mismo tiempo que se frenaban las exportaciones.
El desplazamiento de Miranda de la conducción económica dio paso a un periodo de transición y la conducción económica estuvo a cargo de Ramón Cereijo como nuevo presidente del Consejo Económico Nacional y reteniendo su cargo de Ministro de Economía y Hacienda y Alfredo Gómez Morales como presidente del Banco Central. Se frenó la expansión acelerada que había comenzado en 1946 y el objetivo fue estabilizar.
En el lenguaje económico liberal estabilizar es sinónimo de recesión, ajuste a los más débiles, desocupación y endeudamiento. Nada de eso sucedió.
Muy por el contrario, el peronismo planteó la solución de las dificultades económicas que se presentaban desde un punto de vista ético, echando mano a las reservas doctrinarias que tenía y que lo colocaban en las antípodas del liberalismo.
Reconocimiento de las dificultades
Lo primero que hubo de hacer fue aceptar las dificultades, por eso el alejamiento de Miguel Miranda, pero no dejando de reconocer los extraordinarios méritos y servicios que le había prestado a su Patria al inicio de la revolución justicialista.
Perón y nadie mejor que él lo demostró en este escrito que reproducimos a continuación:
Bibliografía y Documentación de apoyo
1. Perón, J. D. La fuerza es el derecho de las bestias, Editora Volver, 1987
2. Perón, J. D. Discurso del 1/5/1952
Primeras dificultades y respuesta del peronismo - PARTE II
Plan de Emergencia Económica o Plan de Austeridad
Si algo hacía falta para sincerar posiciones y para detallar las dificultades económicas-financieras de la Argentina en aquel momento, el solo título del Plan revela sus propósitos.
En efecto, el 18 de febrero de 1952 Perón anuncia por cadena nacional el llamado Plan de Emergencia Económica, también conocido como Plan de Austeridad.
El eje del mismo era, que el país se enfrentaba con un "desequilibrio económico producto de causas externas e internas" y por lo tanto debían tomarse medidas y trazar planes de envergadura.
Ya hemos descrito ambas y sus efectos podían observarse a través de indicadores tan contundentes como el aumento de la inflación que en 1951 cerró en un 37%, la caída del P.B.I. en 6,1% en 1952 (todavía sin los resultados por las medidas tomadas) y de las exportaciones, y el aumento de la importación de combustibles. Además, y entre otras consecuencias la balanza comercial fue deficitaria, pasando de 2.000 a 3.000 millones de pesos entre 1952 y eso repercutió en que las reservas internacionales se redujeran a una tercera parte, recordando en este punto que en la doctrina del justicialismo estas tenían (y tienen), además de los grandes emprendimientos y nacionalizaciones, el propósito de comprar los bienes de capital que apuntalasen la producción de la industria argentina. No debe confundirse con la doctrina liberal que les daba (y sigue haciéndolo en el presente) una finalidad de respaldo a la moneda y que, cuantas más reservas hubieran, supuestamente aquella valdría más. Décadas de liberalismo habían demostrado que un peso fuerte por la cantidad de reservas acumuladas, solo habían permitido la miseria generalizada del pueblo argentino al no crear trabajo para todos, ni jamás la elevación de la participación de los trabajadores en el ingreso neto interno en relación a los empresarios y tampoco el control de los resortes económicos financieros para dejar de ser una colonia. Por el contrario, en el caso de la participación de los trabajadores en el ingreso, siempre disminuía. Con Perón sucedería exactamente lo contrario.
Lo que había ocurrido, además, fue que la capacidad productiva instalada estaba ya en su tope máximo y esto exigía la compra de nuevos equipos o bienes de capital para la reconversión de la industria y con ello satisfacer el consumo siempre en alza debido a la plena ocupación y al alto rendimiento de los salarios o la puesta en marcha de la industria pesada argentina para generar los propios bienes de capital a partir de su fabricación en nuestro país, que fue el camino elegido. Esto requería de más capitales, los que amenazaban peligrosamente con agotarse.
Era, por lo tanto imprescindible, atacar esos problemas de la macro economía con medidas muy precisas desde esa perspectiva económica, pero, fundamentalmente lo que se hizo fue poner en acción a toda la comunidad detrás del objetivo, no solo impulsándola a determinadas conductas de ahorro en el consumo, por poner un ejemplo, sino apelando a su conciencia, no omitiéndole ni ocultándole ninguna información sobre la situación y comprometiéndola en un objetivo nacional.
Desde hacía muchos años Perón comulgaba con la posición del general von del Goltz respecto de poner a la "Nación en Armas", cuando esto lo ameritase. Extremando un poco la aplicación del concepto para el caso que nos ocupa, la "Nación en Armas", significaba lisa y llanamente que todos comprendieran la dificultad y participaran de las soluciones. Y cuando se hablaba de todos, era eso, todos los argentinos.
Lógicamente que el mayor peso de la acción recayó en el Movimiento Peronista, que, por su magnitud y por su llegada hasta el último rincón del territorio nacional era acreedor a esa responsabilidad. Normas muy precisas para el accionar fueron dictadas y difundidas, de las que daremos cuenta más adelante.
"Adoctrinar es organizar los espíritus, es sembrar la solidaridad social"
Juan Domingo Perón
Así fue que en el discurso/informe del 18 de febrero de 1952, Perón anunciaba y reclamaba los siguientes objetivos y compromisos:
- "A los argentinos el esfuerzo solidario para superar con la participación de toda la coyuntura adversa."
- "En el mundo actual no es suficiente que el gobierno del país elija métodos y tome medidas tendientes a orientar las soluciones económicas. Es menester que el pueblo participe en ellas y se empeñe en la realización de los planes trazados por el gobierno. Los fenómenos económicos actuales fruto de una cambiante, irregular y caótica situación mundial, no requieren sistemas, sino reclaman soluciones concretas adaptadas a cada situación particular".
- "Un plan de esta naturaleza sólo tiene valor cuando es ampliamente conocido, para asegurar que sea ejecutado por todos y contar con la cooperación y colaboración de todos para triunfar".
- Aumento de la producción.
- Austeridad en el consumo, eliminando el derroche, reducción de los gastos innecesarios, postergar lo que no sea imprescindible renunciando a lo superfluo.
"La regla debe ser ahorrar, no derrochar. Economizar en las compras, adquirir lo necesario, consumir lo imprescindible. No derrochar alimentos que llenan los cajones de basura. No abusar en la compra de vestuario. Efectuar las compras donde los precios son menores, como cooperativas, mutuales y proveedurías gremiales o sociales. Desechar prejuicios y concurrir a ferias y proveedurías en vez de hacerse traer las mercaderías a domicilio a mayor precio. No ser rastacueros y pagar lo que le pidan, sino vigilar que no le roben, denunciando en cada caso al comerciante inescrupuloso. Evitar gastos superfluos, aún cuando fueran a plazos. Limitar la concurrencia a hipódromos, los cabarets y salas de juegos a lo que permitan los medios, después de haber satisfecho las necesidades esenciales".
- Aumento del ahorro para establecer las bases de la nueva y futura expansión económica.
- "Eliminación de controles y restricciones que afecten lasinversiones de largo aliento".
- Aumento de las tasas de interés para fomentar el ahorro.
- "Vincular el aumento de los salarios con el crecimiento productivo".
- Supresión de los subsidios al consumo estableciendo "precios sobre bases económicas".
- "Con este reajuste a nuestro consumo lograremos aumentar las exportaciones y reducir las importaciones".
- Se plantea reducir el consumo de carne vacuna para dirigirlo a la exportación.
- Para aumentar la producción del campo, se dieron a conocer importantísimos incrementos en los precios a pagar a los productores agrarios, especialmente para el trigo, el lino, la cebada, la avena y el centeno.
- Aumento de los cupos de exportación.
- Reducción de las importaciones.
- Puesta en marcha de la tecnificación en las tareas rurales con la producción de maquinaria agrícola de fabricación nacional.
- Acerca del papel de los comerciantes dijo: "el comerciante deshonesto es un ladrón permanente y para todos, peor que el delincuente común que es un ladrón circunstancial".
- Fijación de topes máximos para los aumentos salariales.
- La mayor rentabilidad de las empresas debía surgir solamente de la reducción de costos.
- Prohibición absoluta de construir edificios suntuarios.
- Suspensión durante 1952 de todo tipo de agasajo, banquete y vino de honor "acorde con las dificultades del momento". (1)
"El restablecimiento del equilibrio económico familiar no puede basarse únicamente en el aumento de salarios. Es menester también que, además de las medidas gubernamentales, se ajuste la economía popular y familiar".
- "Nosotros no somos empresarios de la miseria": pocos días después del primer discurso, el 5 de marzo de 1952, en otro discurso por la cadena de radiodifusión, Perón afirma como prioridad cumplir con mayor producci6oacuten. Dice, "Hemos afirmado que el lema argentino de la hora económica ha de ser producir, producir y producir..." "Quien gasta más de lo que gana es un insensato, el que gasta lo que gana olvida el futuro" y todavía más, hace una enunciación de neto contenido doctrinario, dirigida a las voces críticas que veían como contradictorio que se hubiesen elevado los salarios (aunque al mismo tiempo se congelaban por dos años) "Algunos han visto como contradictorio que se aumenten sueldos y salarios, cuando se desea disminuir el consumo. El procedimiento de quitar poder adquisitivo al Pueblo Argentino para mejorar los negocios internos o internacionales no es justicialista. Nosotros no somos empresarios de la miseria; antes bien, nos inclinamos a organizar y racionalizar la abundancia. No anhelamos como solución hacer estoicos a la fuerza, sino formar ciudadanos virtuosos por convicción. Por eso pedimos temperancia, no imponemos sacrificios inútiles".
"La solución de todos"
Un tramo del discurso del 18 de febrero de 1952
"En el mundo actual no es suficiente que el gobierno del país elija métodos y tome medidas tendientes a orientar las soluciones econ6oacutemicas. Es menester que el pueblo participe en ellas y se empeñe en la realización de los planes trazados por el gobierno. Los fen6oacutemenos econ6oacutemicos actuales, fruto de una cambiante, irregular y caótica situación mundial, no requieren sistemas, sino reclaman soluciones concretas adaptadas a cada situación particular. Tales concretas soluciones no tienen valor cuando son encaradas unilateralmente por una sola parte del conjunto nacional. Es indispensable que todo el país participe de ellas y que cada habitante las realice en la medida que le corresponda y en el aspecto que le concierna. Yo deseo en esta disertación dar una idea general de una parte del plan económico para 1952, en forma de que cada argentino sepa lo que debe hacer desde este momento para enfrentar solidariamente la solución de todos. Estas ideas generales, planificadas funcionalmente, se pondrán inmediatamente en ejecución por los organismos correspondientes. Una amplia difusión llevará al pueblo, en forma progresiva, las informaciones necesarias para que cada uno pueda empeñarse en la realización del plan de conjunto y a la vez esté en condiciones de prestar el máximo de cooperación individual a la realización de las medidas correspondientes. Un plan de esta naturaleza sólo tiene valor cuando es ampliamente conocido, para asegurara que sea ejecutado por todos y contar con la cooperación y colaboración de todos para triunfar. El bienestar, la abundancia y aun la felicidad del pueblo no son obra de un gobierno, ni de un grupo de personas determinado, sino el producto de la acción del pueblo mismo. Las buenas intenciones y las acertadas medidas pueden favorecer en algo las soluciones, pero el trabajo y el sacrificio, creadores de riqueza, son los factores decisivos de toda solución económica. Los hombres y los pueblos que no sepan discernir la relación del bienestar con el esfuerzo, no ganan el derecho a la felicidad que reclaman."
La simple lectura de estos objetivos y del modo en que se comprometía a la población en los mismos, evidencia que su formulación provenía, no solamente, como hemos dicho, de un análisis macro económico y de las medidas subsecuentes a tomar, sino de un fundamento doctrinario donde estaba presente la participación del pueblo en la solución de los problemas.
Más aún, se planteaba una cuestión ética de fondo, es decir nadie podía estar ajeno a aquello que estaba directamente vinculado a su esfuerzo y al resultado del mismo.
Por eso Perón señala en el discurso del que nos ocupamos que, "Los hombres y los pueblos que no sepan discernir la relación del bienestar con el esfuerzo, no ganan el derecho a la felicidad que reclaman". Esto es un planteo ético de extrema profundidad, desconocido hasta entonces en la vida del pueblo argentino y en la de muchos pueblos del mundo a la hora de resolver dificultades económicas.
El liberalismo, a su turno, solo es capaz de tomar medidas económicas, ejecutadas por muy pocos, desde su tecnicismo, desde su pensamiento utilitarista capitalista burgués y oligárquico y siempre en contra de los pueblos.
Entre el llamado de Perón y estas otras formas había un abismo.
Una muestra de las dificultades que provocaba la escasez en el verano de 1951-1952
A pesar de...
El 11 de noviembre de 1951 hubo elecciones generales en la Argentina. Se votó para presidente, vice y legisladores nacionales, provinciales y concejales en todos los distritos.
Para ese momento, ya las dificultades en la economía se hacían sentir crudamente. Inflación y escasez de algunos productos básicos eran dos de las cuestiones que más golpeaban en la población.
Sin embargo, el peronismo ganó con el 62,49% de los votos contra el 31,81% del radicalismo.
Lo notable es que en esta elección fue cuando la mujer argentina votó por primera vez. Siendo que las dificultades económicas recaían fundamentalmente sobre el seno de los hogares y tomando en cuenta que la mujer, era el eje de la familia, la "célula básica" tal como la llamaba Evita, el resultado electoral fue arrasador a favor del peronismo precisamente por la participación de la mujer en la elección, 90,1% contra el 85,7% de los varones. Las mujeres aportan 2.441.558 votos para el peronismo, sobre un total de 3.816.654 votos, o sea un 63,96%, superior al voto masculino. (2)
La única interpretación valedera es que, a pesar de las dificultades, existía un alto grado de conciencia sobre los objetivos de justicialismo y la inmensa obra en plena realización. Su comprensión explica los resultados de estas elecciones.
Las acciones para superar la emergencia:
- La Unidades Básicas Femeninas (cerca de 3600 en todo el pa6iacutes hacia 1951): fueron el epicentro del adoctrinamiento, de la difusi6oacuten y de las acciones concretas junto a toda la comunidad, para atacar el consumismo como el derroche y el fomento del ahorro y el incremento de la producción.
Temas claves para el éxito del plan.
En lo relativo al adoctrinamiento se hacía especial mención a que el mismo fuese concreto, despojado de intelectualismo y abstracciones, es decir debía quedar lejos de las discusiones políticas e internas propias de la actividad para concentrarse en las soluciones. Que se considerara a la Doctrina Peronista como herramienta para la resolución de problemas específicos y que en ellos el eje fuese la mujer argentina.
La directiva para la difusión fue clara y contundente: durante los meses de Marzo y Abril debía prestarse al máximo de esfuerzo para el esclarecimiento del Plan Económico de Perón y la mecánica de las reuniones debía ser la siguiente:
Tiempo a emplear y tareas a desarrollar
5 minutos para la entonación de la Marcha Peronista;
15 minutos para comentarios sobre el Segundo Plan Quinquenal;
15 minutos para la lectura de palabras de Evita;
15 minutos para la lectura de palabras del Presidente de la Nación;
10 minutos en el asesoramiento a las amas de casa sobre la actuación en la calle y en el hogar relacionado con la campaña contra el agio y la especulación. (3)
La mujer no solo difundía, hacía
- El llamado a la participación de la mujer: fue hecho desde todos los estamentos oficiales, paraoficiales, partidarios y privados. Tal fue la importancia que se le concedió.
Todo tipo de folletos y publicaciones, mensajes radiales y participación de conocidos artistas, tal fue el caso de Luís Sandrini, fueron puestos en la mano y en los oídos de la mujer argentina para persuadirla de cambiar los hábitos de consumo familiares.
Revistas como Mundo Peronista, Hogar y Chicas entre otras proponían conductas concretas como el reemplazo o disminución de las carnes rojas por otras como el pescado o el pollo.
Esto último era, además, complementario con la prédica y la ejecución concreta de programas para aumentar la diversificación de alimentos en la dieta diaria de los argentinos llevada adelante por el Dr. Ramón Carrillo, primero desde la Secretaría de Salud Pública y luego desde el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. Se divulgaba la necesidad de incorporar a la ingesta familiar leches, frutas y verduras para evitar "el debilitamiento de los pueblos y la decadencia de su potencial biológico con la consecuencia previsible de una raza raquítica y decadente proclive a la extinción".
"Cada mujer peronista será en el seno de su hogar, una centinela vigilante de la austeridad, evitando el derroche, disminuyendo el consumo e incrementando la producción".
Se consideró a la mujer como más apta que los hombres para resolver cuestiones de la economía doméstica relativas a la particular situación del país. Respecto del hombre se afirmaba que mientras el "se entrega febrilmente a la búsqueda de solución para problemas abstractos, la mujer, madre, se preocupa abnegadamente en resolver problemas concretos como el presupuesto familiar, la alimentación, la educación y el abrigo de sus hijos" (4)
O que, "si una mujer está capacitada para resolver las dificultades del presupuesto familiar, la provisión de la familia, la educación de los hijos y el abrigo, es de esperar que el mismo pragmatismo lo aplique en el Plan Económico y al Plan Quinquenal" (5)
- El Partido Peronista Masculino: un hecho muy llamativo ocurrió en cuanto a la convocatoria a participar de los varones. Las directivas bajadas por las autoridades del partido solo eran las de una convocatoria para explicar el Plan Económico, sin asignar tareas concretas a realizar por la militancia. Raúl Mendé, ministro de Asuntos Técnicos del gobierno nacional, tomó la iniciativa y difundió este llamado que encierra toda una orientación para el Partido Peronista Masculino y una crítica demoledora para el mismo.
"El general ha expuesto su Plan Económico. ¿A usted no se le ha ocurrido que como representante del movimiento en su barrio o su pueblo tiene la obligación de hacer algo en toda la zona de influencia? Entonces, ¿Qué hace que no se mueve? Por ejemplo, realizar reuniones con los jefes de familia afiliados a su unidad básica y explicarles el plan discutirlo y ver que va a hacer cada uno. Al cabo de algún tiempo reunirse nuevamente para analizar que hizo cada uno".(6)
Una genial lección de conducción, dicha sin ambages, en forma directa y poniendo a cada uno frente a sus obligaciones, que, difundida en la revista Mundo Peronista, tuvo el efecto de un disparador que sumó una infinidad de voluntades militantes.
Antonio Cafiero, Ministro de Comercio Exterior; Miguel Revestido, Ministro de Finanzas y Raúl A. Mendé, Ministro de Asuntos Técnicos y director de la revista Mundo Peronista, del 2º gobierno del Gral. Perón. Los tres de enorme importancia en la planificación y ejecución de la superación de la crisis 1951-1952.
- Alternativas de Organización Popular: se abrieron proveedurías populares por cuenta de la Fundación Eva Perón, la que incluyó a partir de ese momento esa iniciativa en sus estatutos como política oficial de la Organización, los Grandes Almacenes Justicialistas, publicitados con la consigna "una gran tienda para una gran ciudad, con noble mercadería a precios equitativos y donde todos pueden comprar", se impulsó la creación de cooperativas y mutuales de consumo, tanto desde los propios consumidores, como desde la organizaciones sindicales y se instalaron pequeñas proveedurías o "kioscos justicialistas" en las Unidades Básicas.
Impulso de las huertas familiares para la obtención de alimentos y la utilización con igual destino de grandes extensiones campo de propiedad fiscal para el abastecimiento de hospitales y unidades militares.
- Los rostros de los opositores: semejante emprendimiento para superar las dificultades con que se enfrentaba el gobierno de Perón, exigían la clara identificación de aquellos que especulaban provocando escasez de los productos de 1º necesidad tanto en el área minorista, como mayorista, como de la producción.
La acción se centralizó en el comercio minorista, el que más cerca estaba de la población. Como resultado de esto centenares de comerciantes, especialmente de la alimentación, fueron detenidos y/o multados por agiotistas y especuladores. No faltaban motivos. Estos comerciantes actuaban desaprensivamente y aun en pequeña escala, cobraban de más y especulaban desabasteciendo en su medida. No buscaron agruparse para una mejor defensa en las compras a las fábricas o a los mayoristas y apostaron a hacer una ganancia rápida.
El Partido Comunista Argentino, a través de su colateral Unión de Mujeres Argentinas, y en un inédito alineamiento con el gobierno para superar la crisis, planteó que el verdadero enemigo eran los industriales de la alimentación y de la indumentaria vestido y que se cometían injusticias en algunos casos con los minoristas. No le faltaba razón.
Los resultados
En cuanto a los objetivos económicos, los resultados no se hicieron esperar. La inflación se mantuvo estable durante 1952, en 1953 bajó al 4% y en 1954 retrocedió notablemente al 3,1% anual. Esto permitió que el poder adquisitivo de los salarios se mantuviera estable y nuevamente en alza a partir de 1953, logrando los salarios en 1954 alcanzar el 49,1% de participación en el P.B.I.
Ausencia casi total de conflictos laborales.
Algo por demás importante, en ningún momento se afectó el nivel de pleno empleo de los trabajadores.
La Balanza Comercial volvió a arrojar superávit y el P.B.I. creció nuevamente en el trienio siguiente a un promedio del 4,5% anual. La Balanza de Pagos, deficitaria en u$s -243 millones en 1952, pasó a ser superavitaria en 1953 con u$s 515 millones, es decir más de u$s 750 millones de recuperación.
La producción agrícola volvió a ser elevada, superando la gran sequía 1952-1953 y por el estímulo del gobierno en los precios pagados a los productores. Esto permitió aumentar las exportaciones que habían tenido su piso en 1952 con 4.392 millones para alcanzar un techo en 1954 de 6.721 millones y con los saldos disponibles las importaciones orientadas a desarrollar el plan industrial.
Se redujo el nivel definanciamiento del déficit monetario.
Este fue el único plan de ajuste de la historia económica argentina que no afectó, ni el salario, ni el nivel de ocupación. No afectó el desarrollo de la política social del peronismo y todas las prestaciones se mantuvieron activas, como así también las obras públicas, incluyendo los planes de vivienda, los hospitales y las escuelas.
¿Cual fue el "milagro"? La orientación del esfuerzo a realizar, el alto grado de conciencia sobre el mismo y la participación de todos en las realizaciones y en el control. Esto significó que de una crisis como la de 1951-1952, no solo se recuperó la economía, sino que dejó un saldo orgánico importantísimo, al permitir la participación organizada en el mismo de la mayoría del pueblo argentino.
Bibliografía y Documentación de apoyo
1. Resolución del Partido Peronista
2. Ministerio del Interior. Elecciones presidenciales 11-11-1951
3. Cuadro creado para todas las Unidades Básicas Femeninas a partir de la
comunicación de su presidenta Delia Parodi.
4. Revista Mundo Peronista, 1-6-1952
5. Perón, Eva-Mensajes y Discursos
6. Mendé, Raúl-Revista Mundo Peronista, 1-3-1952