Salvador Ferla nació el 15 de mayo de 1925 en la isla de Sicilia y de pequeño se vino con su familia para la Argentina.
En alguna nota periodística recordaba: “al terminar mis estudios primarios, mi padre, obrero sastre, sin mucha decisión ni medios económicos, me preguntó que quería ser. Como contesté ‘escritor’, le resultó una extravagancia y me mandó a trabajar en su oficio”.
Militó en la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN), del recordado maestro Juan Queraltó, despertando su espíritu antiimperialista y antioligárquico que esa recordada organización política impuslsaba con el lema de combatir al régimen demoliberal.
Supo narrar y disipar dudas y confusiones al aseverar: “Esta agrupación era ‘de derecha’ según un vocabulario convencional que rehuye los matices, pero los muchachos rechazábamos fastidiados esta denominación; convencidos que derecha sólo se le puede llamar a la oligarquía, a los titulares de los intereses financieros y al nacionalismo conservador del que nos queríamos diferenciar. Además era anticomunista combatiente. Pero cuando en 1955 adherí al peronismo tuve conciencia de que había consumado mi giro a la izquierda. No fue la ideología el factor decisivo que nos llevó al peronismo, sino la presencia en él; viva, real y dinámica de los trabajadores argentinos”. Ese mismo año comienzó su militancia en el movimiento de liberación nacional peronista.
Fué redactor de dos medios gráficos de la Resistencia Peronista: “Palabra Argentina” (del patriota Alejandro Olmos) y “Rebeldía” (dirigido por el Reverendo Padre Hernán Benítez) como así también en Las Bases, Línea, El Despertador y Unidos. También en el quincenario de Rodolfo Terragno titulado “Cuestionario”.
Definía a la oligarquía como una clase social “compuesta por los oligarcas y quienes por interés, por vocación o por estupidez, se mueven en torno a ellos y sirven sus intereses (…) La oligarquía es un grupo social espiritualmente subdesarrollado. Aún está mirando a la Argentina con los ojos asombrados del conquistador; no como una patria, sino como una inmensa, infinita posibilidad de enriquecimiento, como un medio silvestre donde operar. Por eso los problemas sociales no se le presentan como tales sino como dificultades, como obstáculos en su libertad. Tiene del obrero argentino la misma imagen que antes tuvo del indio y del gaucho: no son identidades humanas, son ‘dificultad’ y su reacción es la de eliminar dificultades, no la de solucionar problemas. Esta particular manera de mirar al pueblo como una ‘dificultad’ ha sido la generadora de la idea del escarmiento sangriento” que lleva a los fusilamientos de civiles y militares peronistas en junio de 1956."
Su obra cumbre es el libro titulado: “Mártires y Verdugos” cuya primera edición apareció en 1964 y fue dedicado por diferentes razones a Susana Valle, José Luis Torres y Rodolfo Walsh.
Consultado sobre este magnífico texto aseguró: “Muchos me acusan de que este libro no es neutral y es cierto; es apologético, pero lo que es objetivo es la documentación”.
Otros libros que escribió son: “Cristianismo y Marxismo”, “Historia argentina con drama y humor”, “Apreciaciones sobre el retorno de Perón” y “El drama político de la Argentina contemporánea”.
Ferla fue un intelectual de insurrección que tuvo como blasón el siempre defender la causa nacional. Un hombre de formas y procedencias humildes, heredero del legado tan fuerte que dejó Juan Queraltó
Su partida al mundo espiritual se produjo el 10 de julio de 1986.

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